La firma estadounidense K-Swiss ha conseguido a lo largo de los años lo que toda marca tiene como aspiración cuando sale al mercado, que su nombre se asocie a la calidad. Ese estatus se adquiere utilizando buenos materiales que se transforman en el desarrollo de buenos productos.
Y todo ello sin grandes alardes en cuanto a diseños ni tecnologías vanguardistas, dando protagonismo a la materia prima en sus modelos de calle. Porque en lo que se refiere a pisar pistas de tenis y padel son toda una referencia.